viernes, 28 de diciembre de 2012

El asalto de Oneiroi


Aguardas como un pirata
escondido
en el delta de mis días.

Cuando el mar se viste de estrellas
y la luna conquista mi barco,
tú asaltas mi silencio
cubierto todo de anhelos.
Y yo, despojada de mí,
inerme en la docilidad

yo te sueño.


viernes, 7 de diciembre de 2012

Yo tenía un gato

Yo tenía un gato blanco de manchas grandes, negras. Le gustaba jugar conmigo, pero a mí me gustaba más jugar con él. Me gustaba tenerlo a mi lado.
Él aprovechaba las ocasiones en las que la puerta de la calle se quedaba abierta y se marchaba. Solía regresar al cabo de unas horas. Otras veces tardaba días, y en alguna que otra ocasión, el muy callejero volvía después de semanas, incluso meses. ¿Qué haría durante todo ese tiempo? ¿Viviría en otras casas en las que le dieran mejor de comer? ¿Tendría otros dueños que ver? ¿A dónde iría? Regresaba con las orejas agujereadas, el pelo lleno de nudos y manchas de grasa, los bigotes retorcidos, el hocico lleno de arañazos... Y a veces, traía el rabo entre las piernas. 
La curiosidad lo lastimaba, pero no parecía importarle. Él salía a buscar respuestas que no podía encontrar en casa. Necesitaba los estímulos de algo distinto, precisaba de los desengaños que le hacían volver y darse cuenta de que era aquí donde quería estar, éste era su hogar.
Me gustaría haberle podido ahorrar todos esos arañazos, todas las noches que pasó a la intemperie o metido en algún motor de coche, anticipándole que finalmente volvería. Pero, aunque me doliese verlo tan maltratado, yo solo podía darle un cuenco de leche y montones de caricias cada vez que regresaba. Aprendí a quererlo cuando estaba conmigo y a esperarlo sin desesperar cuando se iba.
Él era así: un gato caprichoso, callejero, y yo lo había aceptado.


Riña de gatos - Goya


viernes, 16 de noviembre de 2012

Vivir sin salirse del contorno


Isabella Rossellini
Esas palabras que escribieron otros
en una lengua distinta
que miraban desde otros ojos
su mundo en las antípodas.


Esas palabras que alguien necesitó
para darle sentido y forma a su vida

son las que rigen las vidas de aquellos
que no se atrevieron a inventar
las reglas de su propio juego.


Esas palabras tienen un solo dueño
pero son dueñas de muchas vidas.


Y qué manía con ponerle término a los días
con inventar lindes para el tiempo
con retener a los pájaros en vuelo

Y qué manía
con encerrar en palabras la vida
con buscarle los confines al cielo.
Qué empeño.

Lo que no tiene nombre
o no existe o es un sueño.



sábado, 3 de noviembre de 2012

In un buio che notte non è


- No me dejes solo.
- ¿De qué tienes miedo?
- De quedarme a solas conmigo mismo.
- ¿Por qué?
- Porque entonces aparece ella.


jueves, 1 de noviembre de 2012



Pedirte que me comprendas
es quizás no comprenderte
es quizás pedirte
que seas diferente.


miércoles, 24 de octubre de 2012

Demora


Dan las tres y yo camino más lento
cada seis pasos me giro
en cada segundo me entretengo.

Aguardo un momento, me agacho
me ato un zapato, sigo caminando.
Un hombre con bastón me pasa de largo.

Dilato el momento porque solo me queda un reclamo
y la casualidad no necesita pretextos.


sábado, 20 de octubre de 2012

Flâneur



Me miró como miran aquellos que no pueden ver.

I asked him about his life
and he answered me with mine.


martes, 9 de octubre de 2012

Un'altra vita


Sé que he vivido otras vidas
porque tengo recuerdos
nostalgias y melancolías
huérfanas de momentos.


Porque a veces miro atrás el camino
y no encuentro mis huellas.
Distingo constelaciones de estrellas
en el suelo de las tormentas.


Porque tras el silencio digo
dímelo otra vez
y antes de que lo repitas
te digo ya lo sé.


viernes, 5 de octubre de 2012

A sus 21 decidió volver a aprender a caminar


Dicen que aprendió a andar antes que a sentarse. En la playa se resistía a poner los pies sobre la arena: cuando papá la sostenía en volandas para dejarla caer en el suelo, ella encogía las piernas hasta darse en la nariz con las rodillas. 
Mamá la acompañó en su primer día de colegio. Ese día estuvo protegida de la malvada Señorita Tere, a la que tuvo que plantar cara más tarde para que no le cortase las coletas. Las tardes de los jueves merendaba pan y queso en la casa de la abuela: ella se balanceaba en su mecedora mientras en la televisión se oía uno de esos programas de Canal Sur o El gato montés sonando en alguna plaza de toros sevillana: el abuelo no se perdía una. Con su hermana inventó vidas de peluches, subió a tejados hechos de sillones y fueron familia adoptiva de un gato llamado Panchito. Todas las tardes del verano fingían dormir la siesta: se levantaban a hurtadillas y continuaban el juego que habían dejado a medias al mediodía. 
Mamá la enseñó a leer a base de llantos. Cuando la Señorita Paqui la llamó a su mesa para evaluar su lectura se sorprendió: era incapaz de seguirla con el bolígrafo sílaba a sílaba, como hacía con los demás niños. Le obligaban a ponerse vestidos de princesita y aquel jersey de punto hecho por la tita Josefina que tanto detestaba. Pero cuando le dieron la oportunidad de hacer la comunión en vaqueros, no se atrevió a hacerlo. 
Mientras se bañaban y jugaban con el agua y la espuma hasta que se le arrugaban los dedos de las manos, se escuchaba de fondo Sabina, Carlos Cano, Luz Casal, Ana Belén,... O el clásico 'O Sole Mio, tantas veces cantado por papá para hacerlas reír. 
La abuela iba a casa todas las mañanas a las 8.45. Les lavaba la cara con una toalla húmeda, les echaba colonia y después las peinaba para ir al colegio. Papá las despertaba entre tonterías, entre silbidos, gacelas, palomas, golondrinas, perdices... De mil formas las llamaba. Más tarde, metía la caja de la ropa para planchar en su coche rojo, colgaba las camisas en el techo, metía algunas herramientas en el maletero y las llevaba al colegio. Cuando llovía las acompañaba hasta la puerta. 
Por las noches a veces mamá les leía cuentos. Su favorito era aquel en el que una señorita le tejía un abrigo de lana a su casa porque hacía mucho frío. 
En clase intentaba imitar la caligrafía de la María, hasta que un día se rebeló y ya no quiso ser como ella nunca más. 
(...)

To be continued...




martes, 2 de octubre de 2012

sábado, 22 de septiembre de 2012

Al final de la pupa


Estoy nerviosa, ¿cómo lo hacen para salir?
Este insecto no aguanta más dentro de su crisálida.

21: Rosa palo y blanco

Ahora que mi tiempo se llama distinto, quizás me pinte el pelo, me afeite el bigote o me ponga una canción distinta antes de dormir.


miércoles, 12 de septiembre de 2012

jueves, 30 de agosto de 2012

Garabatos en la pared

Hoy había tres niños en la calle. Jugaban a la pelota, cantaban tonterías, gritaban... Y a mí, con el alboroto, ¡no me dejaban estudiar! De repente vi que repararon en la pared. A mí se me cayó el lápiz de las manos. Señalaban en la pintura blanca unos garabatos, desde mi ventana, inapreciables. Movían los dedos una y otra vez recorriendo el dibujo de arriba abajo, describían círculos, se empujaban y discutían entre ellos, preguntándose qué sería. Supongo que, para cuando yo abrí la ventana, la contienda ya llevaba un rato: 

-¡Es un caracol!
-¡Anda ya! Es una piruleta, lo que pasa es que no tiene color. 
-¡Qué va! ¡Es un monigote! Mira, aquí está la cabeza, esos son los brazos y aquí están las piernas. 
-¡No! No puede ser un monigote, ¿no ves esas letras? 
-¿Qué letras?
-Mira, ¡ahí!
-¿Y qué dice?

Igual que antes, me sigue dando miedo acercarme para ver qué dice. 
No quiero que la dueña de la casa piense que he sido yo.


viernes, 10 de agosto de 2012

Rincones sin bandera


Acurrucada en la flexión del brazo
al cubrir los ojos con las manos.
En la sombra en el suelo
que pasea despacio
de las nubes, en el cielo,
mecidas por el viento.

Me refugio en principios.
En índices, en prólogos
en amaneceres y despertares
en Buenos días, en Dear Karot
en las calles secas antes de la tormenta
y en el olor mojado de los adoquines
justo antes de que salga el Sol.
En las dudas antes del almuerzo
¿qué comemos hoy?
En los nervios, la incertidumbre
los augurios, la sorpresa.
En el signo de interrogación
que mira al cielo
cómo libres vuelan
los pájaros que aún no dejaron
que con sus plumas
se escribiera una canción.

Melodía Africana II - Ludovico Einaudi


lunes, 30 de julio de 2012

Por ellos

Puedo confesar que ya no recordaba su nombre, ni la manera en que llevaba el pelo, ni cuál era su estatura, ni su olor, ni su forma de andar. Pero sí esos ojos. Cómo olvidar aquellos ojos, que hoy me miraban por duplicado. Y no lo hacían como siempre habían hecho: sonriéndome a lo lejos, con curiosidad, mientras yo huía con las mejillas sonrosadas. Hoy proyectaban en mí su último suspiro de esperanza. Y esta vez yo no escapé. De repente habíamos crecido -o yo, al menos- mucho más del tiempo que realmente había pasado. Y me encontré detrás del telón, sosteniéndole la mirada y diciéndole con la mía: te lo prometo. 


viernes, 20 de julio de 2012

No soy somnífero ni virus
ni antídoto ni cafeína.
No soy el Sol y tampoco 
la sombra de la encina.
No soy la excusa de la desidia
ni el motivo de la energía.
No soy pretexto
ni causa ni efecto
de otra cosa que mi celo.



martes, 17 de julio de 2012

martes, 26 de junio de 2012

31

Tras columnas de miles y miles de palabras
que cientos de personas un día dijeron,
en los colores oxidados
que atrapó una cámara oscura,
sobre un techo de escaleras andaluzas,
encontré un cuento.
Entre rostros congelados dando vida al recuerdo,
bajo un naranja marino de luces despoblado,
en el torreón de las aves que no duermen,
me rendí al sueño.
Allí donde habitaron fíbulas rebeldes
aliadas de la luz y de la suerte,
en el peralte al que yo siempre llamé diferente.
Allí, en la ficción del 31,
cerré los ojos
y permití estremecerme.


martes, 12 de junio de 2012

I treni di Tozeur




Nelle chiese abbandonate si preparano rifugi
e nuove astronavi per viaggi interstellari
E per un istante ritorna la voglia di vivere
a un'altra velocità
passano ancora lenti i treni per Tozeur



martes, 5 de junio de 2012

Sssshh...



Como un barco a tientas
en la noche,
yo sorteo las olas de tu mente.
Me rindo exhausta en mil intentos
de descubrir todos los gritos
que tú disfrazas de silencio.


Juego a ser
mecánica del vacío,
juglar del tiempo.


Y es que no sé
qué represento
-dragón, bruja o princesa-
Qué papel tengo
en todos los cuentos
que invento en tu silencio.



viernes, 1 de junio de 2012

Renuncio


Aunque sueño a menudo
con tocar las nubes con los dedos
jamás quise ser
Coloso de Rodas.
Y es que, como bien sabes,
me dan miedo las hormigas.



Gli Uccelli

Battiato no merece estar en miscelánea.
Ésta es para mis golondrinas.


Volano gli uccelli volano
nello spazio tra le nuvole
con le regole assegnate
a questa parte di universo
al nostro sistema solare.

Aprono le ali
scendono in picchiata atterrano
meglio di aeroplani
cambiano le prospettive al mondo.
Voli imprevedibili ed ascese velocissime
traiettorie impercettibili
codici di geometria esistenziale.




Migrano gli uccelli emigrano 
con il cambio di stagione
giochi di aperture alari
che nascondono segreti
di questo sistema solare.


Franco Battiato.
Para mí, tiene un significado distinto.
Portavoz de una noche mágica...
Ahora es más bonito.




Rara la vita in due... fatta di lievi gesti,
e affetti di giornata, consistenti o no,
bisogna muoversi, come ospiti... pieni di premure
con delicata attenzione, per non disturbare
ed è in certi sguardi che si vede l'infinito.

Tutto l'universo obbedisce all'amore,
come puoi tenere nascosto un amore.
ed è così che ci trattiene nelle sue catene,
tutto l'universo obbedisce all'amore.

martes, 29 de mayo de 2012

Entre líneas de los días

(Te)
Leo entre líneas en los días. Veo en el vuelo que no hacen los pájaros, en el salto que no dan los gatos. Descubro detrás de las cortinas del escenario de la vida, en el lienzo en negro de cada parpadeo. Guiño un ojo en plena función, yo también sé que todo es un guión. Encuentro en la dirección que no toman las nubes, en la Luna de los eclipses. Distingo el contorno del vuelo en la niebla, solo en la niebla. Veo en las calles desiertas después de las tormentas, en las mañanas de después de las fiestas. Busco en los instantes que hay entre un momento y otro, en todas las esperas de quien desespera. Espero en lugares ficticios, en la Puesta del Sol que no se pone. Allí donde no hay nadie, leo entre líneas. Entre líneas en los días, y en todos los vacíos de la vida. Todos los silencios que no tienen nombre, yo los nombro.
(...)

jueves, 24 de mayo de 2012

Guerra fría

Llevo unos días hablando en otro idioma, fuera de mí, fuera de aquí. En un extranjero que llevo dentro. A veces es exilio, otras veces patria. En ocasiones me gusta pensar que es el lugar del que fui desterrada. Sé su himno, sé su bandera, su escudo, sus normas, sus hábitos. He recorrido sus valles, subido sus montañas, me he bañado en sus aguas. He respirado su aire y el humo de sus incendios, he probado hasta sus besos. Parece que monté en un tren estando dormida. Y ahora estoy aquí, en mi extranjero, hablando un idioma que nadie entiende.

lunes, 21 de mayo de 2012

Mar de plata

Construimos un barco que llegaba hasta lo más alto, escalando. A bordo se podía ver el mar desde arriba, los peces convertidos en luciérnagas de mil colores distintos, el silencio de los grillos. Siempre se me reprochó el mirar a las estrellas y tener un frasco de cristal, en el que guardaba monedas en forma de ilusiones para un cohete pequeñito, de una sola plaza. Se me reprochó mirar a las estrellas y no a la tierra, se me reprochó querer despegar. 
Pero nunca se atrevieron a volar conmigo. 


Mis sueños siguen vivos. Miro, huelo, toco, escucho, entiendo. Sueño.


viernes, 18 de mayo de 2012

El Sur

Todos los días
por la mañana
te cantan mis golondrinas.
Todos los días se preguntan
qué fue de su África,
todos los días.
Dibujan piruetas
y después te miran
para saber qué piensas de ellas.
África, a mí me contaron
que tenías colores distintos:
cómo es que exhibes los grises
y escondes los vivos.
Todas las tardes
se reflejan mis golondrinas
en los espejos del Rift.
Todas las tardes se empeñan
en hacer volar la gaviota
de tu veleta.
África, tienes los ojos de Estrella
la más valiente
la más pequeña.

martes, 8 de mayo de 2012

Una constante más

A día de hoy me pienso
me rebusco y me rastreo
y no encuentro huellas
ni cicatrices
de aquella caída.
Quizás fue un contagio
y aunque no mortal
-ni lo será-
es crónico
repetido e inveterado.
Inextirpable.

domingo, 6 de mayo de 2012

La guerra ya ha terminado

Queridos ciudadanos, la guerra ya ha terminado.
Y parece que la hemos perdido.


Se ha mutilado la sensibilidad de la gente
las inquietudes de la mayoría
las nuevas ideas
la ilusión por aprender
la fe en los sueños
el luchar por lo que creemos
-y por lo que queremos.
La moral
la empatía
la bondad.
El interés y gusto por el arte -de verdad
el sentido crítico y el sentido común
las ganas, las ganas de cambiar el mundo
la educación
el civismo
las motivaciones.


Ha ganado la vagancia
y la dejadez
el saber cuanto menos mejor
el hacer cuanto menos, mejor.
Preferimos cantidad a calidad
superficie a profundidad.
Ya no se busca el ser alguien,
se busca el parecer ser alguien.
Publicamos fotos sin cesar de todo lo que hacemos
algunos parece que tan solo hacen para decir que hacen.
Se lleva mostrarse, pero no demostrarse.
Están de moda las palabras, pero no las acciones.


Hemos perdido de vista nuestros derechos
y nuestras obligaciones.
Queremos aspirar a mucho
con poco esfuerzo.
Dejar huella en la vida ya no es nuestro objetivo
más bien que quede en el olvido.


¿Pero saben qué?
Aún quedan supervivientes,
yo sé que quedan supervivientes.
Y ahora toca moverse.


domingo, 29 de abril de 2012

Reflejo de una historia

Estoy jubilado aunque no quiero estarlo. Tengo ilusión por la vida y –aún a mis 65- ganas de cambiar el mundo. Confío en que se puede hacer y es más: tengo un plan para para ello.

Creo que falta magia en el mundo y nosotros, los maestros, tenemos un poder privilegiado. Me duele pensar que la vida está dividida en edades, detesto la expresión “es cosa de niños” y la gente que se ha hecho mayor de espíritu. Pero ya me he cansado de gritarlo, ahora lo llevo por dentro. Me siento incomprendido, frustrado, desencantado. Y mi única esperanza o vía de escape está en los niños: ellos aún tienen esa ilusión y todavía se les puede decir que la magia existe sin que frunzan el ceño. A pesar de todo sigo vivo por dentro  y me juré a mí mismo que sería feliz y que mis inquietudes morirían el mismo día que yo lo hiciera. 

 Su mujer se enamoró de su espíritu incansable, de sus inquietudes, de su “todo es posible” y, ante todo, del Peter Pan que llevaba dentro. Se enamoró de la ruptura que hizo con todos los esquemas que ella tenía en la cabeza y que siempre la hicieron menos libre. Él le dio las alas y le hizo ver que la vida era un cielo en el que tenía la oportunidad de volar. Después de tantos años, ella lo ama como aquel 28 de febrero.

lunes, 16 de abril de 2012

Tengo un pasado

Tengo un pasado que no quiere morir
que se empeña en existir.
Tengo un pasado que quiere ser presente
que no quiere ser pasado. 
Tengo un pasado mudo 
que sigue gritando.
Se cree vivo
y no es más que un muñeco de trapo.
Ya no aparece en mis sueños
salvo en pesadillas.
Ya no caigo en su recuerdo
salvo cuando entristezco.
Ya no pienso en él
sino cuando tengo miedo.
Tengo un pasado que no quiere ver
que ya no le hago caso.
Tengo en la memoria una serie de recuerdos
a los que no dejan dormir.
Y ellos piden paz,
que los dejen descansar en paz.

sábado, 7 de abril de 2012

No lo era, no lo somos



Detrás de los setos, con un catalejo. Me pongo en el sentido contrario al que sopla el viento, para que no delate mi olor, y le pido a hurtadillas que le dé de mi parte un empujón. Que ese pájaro levante el vuelo, que se sepa ya cisne el patito feo. Cisne.
Yo no puedo más que ser furtiva en este asunto y jugar a entreverme sin detenerme. Yo no puedo más que desear que pase el tiempo tan rápido como le sea posible y nos haga saltar de estación en estación. Y así despierte al olvido y con un cuento de hadas haga dormir la evocación.

Quizás el problema está en que aún no hemos asumido que ya no somos niños.

viernes, 30 de marzo de 2012

Mi África y mi península

Si te veo me salta el corazón
sobrecogido
como si se despertara de su latido.
En tu cuerpo mi exilio
en tu sexo mi libertad
en tus ojos mi galaxia.
Tu piel mi patria
tu boca mi miel
tus manos mi cuerpo.
Eres adónde voy y de dónde vengo
con quién estoy y a quién espero.
Soy pisadas de elefante
y nervios de golondrina.
Eres mi África y mi península.

sábado, 17 de marzo de 2012

Por qué suenan trompetas, si yo quiero una gaita.

No entiendo por qué los nervios me recorren por dentro, como quien sale al escenario, como quien espera el disparo de salida. Por qué me siento pisar territorio ajeno cuando es el mío. Por qué distingo aún las huellas en el asfalto, el olor sin oxígeno, el sonido de las trompetas en la tarde. Oigo pero no escucho las palabras que me llegan, salgo y entro de ellas, pues temo el acecho de las pisadas quietas en cuatro ruedas. Mi reflejo decide habitar un espejo distinto y mis ojos recorrer caminos en los que estuvieron perdidos. Me vuelvo loca, me echo las manos a la cabeza, respiro algo tóxico que despierta mis entrañas, oigo un agudo constante que me rompe los tímpanos, una señal que me llega hasta dentro y se me mete en el espíritu. 

Espíritus, en esta casa de vivos. Exorcismo. Socorro, auxilio. 




lunes, 12 de marzo de 2012

Vorágine

Jamás los días tuvieron tantas horas. En cada segundo pasa un día de colegio. Entro, salgo, corro, vuelvo. Vuelo.  Llego a casa con el olor a tiza metido en el cuerpo. Doy con mil nombres desconocidos, con mil llamadas de teléfono, con mil ojos nuevos. Cruzarme en la calle con personas a las que he hablado y ninguna de las dos saberlo. Pasar por debajo del puente repasando lo que he aprendido, imaginando lo que voy a aprender. Volar de una etapa a otra, que el Sol se cuele en el autobús del Ecuador, que me acompañe en mi balanceo. Aparecen dinosaurios en las clases; y daltónicos, y astigmáticos, y docentes grafiteras con tatuajes de pisadas de gato. He descubierto algo que no estaba previsto, mas no han visto de mí lo que yo quiero mostrar. Tengo un dilema moral.
Los refugios de la calma vienen en pequeñas dosis, el fin de semana en trufas de chocolate.

No tengo tiempo para buscarme
ni para encontrarme.
Pero sé que estoy donde, como, y con quien quiero estar.

sábado, 4 de febrero de 2012

Ciento ochenta grados

Esa noche decidí emborracharme. Le quité los retrovisores a todos los coches, me hice con los mecanismos de las marchas atrás, con los botones de rebobinar, con las opciones de volver atrás. Cogí los caminos que eran de vuelta y las copias de seguridad que había en la papelera. Me esmeré en buscar y recoger todas y cada una de mis huellas. Cuando creí tenerlo todo, lo guardé en una cajita de madera, la cerré con fuerza y corrí. Corrí antes de que mi mente estuviera demasiado cuerda, describiendo laberintos, buscando un lugar donde esconder todo lo que había cogido. 
A la mañana siguiente me desperté con dolor de cabeza, con una especie de resaca de recuerdos minuciosamente olvidados. Pero además, pasaba algo extraño: siempre que me volvía para ver lo que tenía detrás no conseguía ver más que lo que tenía delante. Ahora mi mundo tan solo parecía tener ciento ochenta grados, vivía en dos semicírculos gemelos.

jueves, 2 de febrero de 2012

Mensaje en una botella


Y desde el mar vi cómo por fin aquella orilla comenzó a encoger. Cada día se hacía más y más pequeña hasta que un atardecer, desapareció con el Sol. El tiempo remaba mi barca y yo aprendí a disfrutar del aire fresco que protagonizaba la brisa. No volví a toparme con canciones de sirenas, ni tempestades inventadas, ni piratas ni naufragios. Encontré en las olas la mecedora del mar, la marea se convirtió en mi reloj de pulsera y la calma en el agua el espejo de la Luna en la noche. Desconocía a dónde me arrastraba la corriente ni qué tierra sería la primera que vería. Ignorar dónde me encontraba me traía sin cuidado pues tampoco sabía más que por el día dónde estaba el sur y el norte. Pero estaba segura de una cosa; y es que mientras hubiese ermitaños a los que espiar e islas de cojines que conquistar, estuviese donde estuviese, estaría en casa.

viernes, 27 de enero de 2012

Las golondrinas son mi estación

Si alguien conoce al autor de este cuadro, ¡hágamelo saber!
Ya se podía ver el fin del curso y las vacaciones de verano estaban a punto de llegar. Mi despertador entonces sonaba tal que así: "¡Tisuí, tisuí!" La luz que entraba por la ventana ya podía sustituir a la de la lámpara. Ya no me daba frío al vestirme y lo hacía mucho más rápido, ya que por fin sacaba la ropa de verano del armario. Desayunaba delante de la ventana, como todas las mañanas. Solo que ahora estaba abierta: el aire de la calle se colaba en la cocina y me dejaba percibir el olor azul de las golondrinas. Quizás yo no lo sabía entonces, pero me encantaba. Y en lugar de prestarle atención al televisor, mi mirada se quedaba atrapada en el cielo observando el revoloteo nervioso que se traían. "¡Tisuí, tisuí!" A pesar de las ganas que tenía de empezar el día, me distraían de tal modo que papá siempre andaba metiéndome prisa, repitiendo una y otra vez su "vas a llegar tarde a la escuela". 
Me gustaba saber que el día no acabaría hasta volver a verlas volar nerviosas alrededor del campanario de la iglesia, cuyas campanas daban las nueve, o las nueve y media, o incluso las diez, entre "tisuí" y "tisuí".


jueves, 26 de enero de 2012

Versículo 1.9

Hacer de mis paredes un santuario
del sentimiento mi religión, mi Dios eterno.
Mi fe, la magia de lo inopinado
mi biblia, los recuerdos.
Ocultar oraciones dentro del arte,
visitar los lugares místicos como peregrinaje.
Mi mayor pecado, rezar tan solo en sueños,
no creer con toda mi alma en ello.

jueves, 19 de enero de 2012

Somos una ruta entre infinitas

A veces el mundo no gira a la velocidad que te gustaría, o en la dirección que te gustaría, o hace una parada cuando te gustaría. El mundo te ofrece sus posibilidades, nosotros debemos ser audaces en escoger.
En la vida ganamos tanto como perdemos. En el colegio deberían enseñarnos a perder con el mismo empeño con el que nos enseñan a ganar. Ya que a menudo se olvida, que elegir un camino siempre significa renunciar a otro. Los niños caprichosos lo quieren todo.

La vida es una compleja aglomeración de decisiones que entretejen lo que somos. Unas veces no estamos seguros, otras veces pondríamos la mano en el fuego, en ocasiones son accidentales y las hay sin nuestra autoría: resultado de haber seguido algún consejo. Pero sea como sea, la última palabra siempre es la nuestra.
Lo bueno que tiene todo esto, es que jamás sabremos lo que podríamos haber sido si hubiésemos elegido aquello otro, por lo que una vez estuvimos a punto de decantarnos. Nuestra visión siempre será unidireccional y nunca veremos lo que habrá al otro lado del camino por el que andamos. Yo prefiero no vivir el riesgo de mirar y descubrir que lo que he dejado atrás (o a un lado) me gusta más que lo que he escogido, aunque tenga que sacrificar lo satisfactorio de mirar y descubrir -o comprobar- que he acertado.
En el fondo, jamás sabremos si el camino por el que vamos es el nuestro. Por eso mismo, ¿por qué no vivir lo que elegimos como si siempre fuera un acierto?

Somos nuestro camino, somos lo que creemos nuestro destino, somos lo que hacemos, somos por dónde vamos, a quién conocemos, con quién hablamos. Somos lo que vemos, lo que queremos ver, somos lo que nos gusta y nos disgusta, lo que amamos y también lo que odiamos. 
Somos decisiones puntuales en el tiempo. Somos caminantes de lo que elegimos y a la vez -consciente o inconscientemente- camino de aquellos que nos han elegido.
Somos una ruta entre infinitas.