miércoles, 30 de septiembre de 2015

He seguido mis huellas y no me han llevado a donde estoy. Esta vez no sé qué pistas seguir para encontrarme.
¿Alguien me ha visto?

viernes, 15 de mayo de 2015

Solo yo sé
por qué llueve hoy.
Las calles de Bolonia
quieren ser las de Venecia.
Yo, y las golondrinas que volaban bajo
esta mañana.

jueves, 7 de mayo de 2015


ME ha encontrado en la calle
el espejo que falta en mi habitación.
Mide dos metros de alto
y me recuerda que yo también los mido.

domingo, 3 de mayo de 2015

Gracias

Gracias
por el aroma del mar, por las viejas pirata llenas de tatuajes, por los niños que no saben hablar pero saben decirlo todo. Por los señores en calzoncillos que limpian sus barcas en el puerto, por la bonaccia, por las historias de la gente que no tuvo miedo, por las luciérnagas que bajan el cielo a la tierra, por los relámpagos rojos de la tormenta, por la gente que ama lo que hace, por la gente que te ama, por la vieja que nos trajo dos botellas de agua y una de vino, por el tipo que se creía mejor que di Caprio, porque fuimos los últimos en irnos, por las fotos de otra época, por la luz del amanecer que me perdí pero me describiste con detalle, por el amigo comunista del fascista, por dejarme imaginar que pilotaba tu barca, aunque estuviese sobre la hierba, por el perro que me dejó el pantalón lleno de babas a pesar de que no quise jugar con él, por Teresa, a la que dan fastidio las moscas; por todas las veces que Tomy bajó por el tobogán, por los tres niños que llevaban una flor en alto para sus madres, por el vino, por la grappa, por el limoncello, por el Blood Mary, por querer llevar mi fegato a tu altura, por todas las películas que no he visto, por leerme en voz alta las poesías de Carver, (ahora no me gustan tanto cuando las leo sola) por la siesta mexicana, por reencontrarme en ti, por hacer que me recuerde.

PS: E grazie per non essere andati al Leroy Merlin.

por dejarme conocer parte de lo que hubo antes de que yo llegase.  


martes, 24 de marzo de 2015


La camisa azul colgada en la puerta, encima de la toalla que no quiso usar el primer día.
Cosa fai?
Guardo le tue scarpe mentre ascolto la tua musica.
Podía imaginar que se perdería, pero no en el aparcamiento. Lo encontré porque me dijo que estaba debajo del reloj gigante. Y porque reconocería ese modo de caminar en cualquier parte. Pero hubiera preferido que el reloj no funcionase. 

Él seguía cubriéndose los ojos con las manos. A veces encierra la verdad en una cajita de cristal, desde donde la observa, pero le resulta más ficticia. Yo tampoco quise abrirla.
Hoy no encuentro mi canción, ni mi texto. Solo el sueño.  



jueves, 26 de febrero de 2015


Por qué no me atreví a quebrantar tus palabras
si yo tampoco creía en las mías.
Nos dimos la rienda tan suelta
que nada nos ha legado. 


martes, 3 de febrero de 2015



Y sin embargo
me hubiera quedado años
en el amanecer de todos los días
que decidí no vivir
contigo.