lunes, 14 de noviembre de 2011

Infinitivos de hoy

Frío de invierno, hojas de otoño, abrazos de verano, sueños de primavera.
Intentar salvar el sueño que no recuerdas de la noche, correr por las escaleras antes de que se cierre la puerta, abrochar el abrigo hasta el último botón, sentir celos de las sábanas, descubrir escalones disfrazados de tobogán, dejar que se consuma el segundo carbón, cerrar los ojos y ver dónde estás, hacer de la noche la mejor hoja en blanco y del día el mejor salvavidas. Que las lágrimas de tristeza pacten tregua con las que defienden alegría. Jugar con los recuerdos a que ya no duelen, ser el pánico del vértigo pero siempre con las manos al volante. Elegir del menú tan solo el plato de aprender, saber del árbol qué fruto escoger. Dar el papel a mi canción preferida de banda sonora en el segundo acto del día. Acertar cuál es la palabra mágica. Escribir por escribir, ser la tinta primera directora de orquesta, cambiar las notas por las letras. Poder elegir cuando seguir la corriente desde lo más profundo del río y cuando ver a los peces saltar desde el balcón de la nube más alta de los pájaros perdidos.

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