miércoles, 15 de abril de 2020

He vuelto. ¿O me he ido?

Volver a la tierra. Adonde los gatos aún pasean por las calles. Adonde los ancianos te cuentan sus secretos tratándote de usted. Adonde los gritos habitan en los parques, en los bares, en los patios interiores, en el mercado... pero a nadie le resultan gritos. Adonde las naranjas en los árboles se ven desde el balcón, esas que no se comen. Y el olor a jazmín se cuela por la ventana en primavera, y las gaviotas se mezclan con las nubes. Volver a escuchar expresiones que había olvidado, como quien despierta de un coma. Y no saber muy bien qué acento tengo, y que me pregunten de dónde soy: sí, soy de aquí. O lo fui.

Lo peor (o lo mejor) es cuando ya no sabes cuál es tu suelo. Cuando ya no distingues si mientras te vas estás volviendo, o si mientras vuelves te estás yendo.

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