domingo, 26 de abril de 2020

Como quien no quiere ser visto 
a penas me he asomado
a nosotros.
A penas he tocado
con la punta de los dedos
nuestra esfera de cristal.
Y ha comenzado
a temblar el suelo
de repente 
se ha hecho el silencio.
Como si mi intrusión
hubiese despertado
a quien la custodia
como si le hubiese
robado al destino
su secreto más preciado.
Y yo, presa del miedo 
ancora una volta 
me destierro
a la cruz de los que no pueden
olvidar lo que ya saben.

Cómo puedo echar de menos
lo que nunca he tenido.

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