domingo, 6 de marzo de 2016

Por un espejo roto lleno de agujeros.

Hoy un amanecer se quedó esperándome detrás de la ventanilla de un avión. Un montón de plazas y calles y rincones fueron convocados a ver un beso con nariz de madera, que nunca llegó. Se ahogaron las palabras que tenía en la boca porque no tuvieron aire que habitar y ahora, ¿qué hago con las horas que me metí en el bolsillo para tenerlas de más? ¿cómo hago para colgar las medallas en el traje del emperador?
No sonarán las canciones de Sabina mientras un coche atraviesa la Toscana, ni las palomas de la torre de Pisa tendrán quien las fotografíe mientras duermen, ni las aguas del Arno reflejarán los fantasmas de Venecia.
Ni esta que escribe dará todo por nada.
Nada fue real, todo fue un sueño.


No hay comentarios:

Publicar un comentario