martes, 15 de abril de 2014

La Victoria de Zarauz


Al mismo pirata que en la noche
asaltaba mi barco.

Llueve
y el sol no puede alcanzar
el agua
del mar que está irritado
porque ya no lo miras 
a los ojos.
Mírame,
estoy aquí
apoyada en el mástil
de tu barco.
Tengo las alas mojadas
de la tempestad.
Soy una gaviota
que quiere quedarse en tu nave
sin llegar a ser tripulación.
Quiero -y solo puedo-
ser testigo
espejo y
reflejo
de tu pulso.
Y gritarte desde el mástil
de tu vela
Quédate,
puedo ver dónde acaban las nubes.
Quédate,
no desembarques
a tu nao le crecen las alas.
Quédate,
yo me quiero quedar
a girar el mundo
contigo
yo me quedo.



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