lunes, 30 de julio de 2012

Por ellos

Puedo confesar que ya no recordaba su nombre, ni la manera en que llevaba el pelo, ni cuál era su estatura, ni su olor, ni su forma de andar. Pero sí esos ojos. Cómo olvidar aquellos ojos, que hoy me miraban por duplicado. Y no lo hacían como siempre habían hecho: sonriéndome a lo lejos, con curiosidad, mientras yo huía con las mejillas sonrosadas. Hoy proyectaban en mí su último suspiro de esperanza. Y esta vez yo no escapé. De repente habíamos crecido -o yo, al menos- mucho más del tiempo que realmente había pasado. Y me encontré detrás del telón, sosteniéndole la mirada y diciéndole con la mía: te lo prometo. 


viernes, 20 de julio de 2012

No soy somnífero ni virus
ni antídoto ni cafeína.
No soy el Sol y tampoco 
la sombra de la encina.
No soy la excusa de la desidia
ni el motivo de la energía.
No soy pretexto
ni causa ni efecto
de otra cosa que mi celo.



martes, 17 de julio de 2012